¡¡ Está todo mal !!

         Tomo prestada esta frase del pegadizo anuncio televisivo de una popular marca de muebles baratos, donde una joven pulsaba todos los botones del portero automático de su bloque, invitando a sus vecinos a una fiesta en su casa.  Una voz le respondía con un lacónico “pero, si está todo mal”, y ella asentía con positividad:  “pues por eso”.

         Realmente, ¿ Está todo mal en Madrid, o nos hemos vuelto tan negativos y pesimistas tras estos años de crisis, que lo vemos todo negro ?  Hace pocos días leía en un periódico una entrevista a un sociólogo, en la que preguntado sobre la situación actual, exponía la teoría del “camión de basura”.  Dicha teoría se basa en que hay personas que van acumulando en su día a día tensiones, frustraciones, mala leche, negatividad en general, y basta que haya un choque con otra persona por cualquier motivo (como por ejemplo una leve infracción de tráfico) para que viertan desmedidamente toda su furia y sus heces mentales. Ha sido muy comentado en todos los medios de comunicación la pelea que hubo en el túnel de la M-30 entre un conductor y una banda que le acorraló y agredió, pero podría ser también cualquier discusión con el vecino de debajo de casa por el ruido que hacemos, o con esa persona desconocida que obstruye la puerta del vagón del Metro para salir la primera…

         Otro aspecto a comentar son los quejicas profesionales. Personas que se quejan de todo, que protestan por todo, pero que no hacen nada por cambiar la situación. Cuántas veces oimos a desconocidos que se dirigen a ti quejándose por lo mal que funciona tal organismo, las largas colas que tiene que soportar, la discutible atención de un funcionario, etc. En vez de hastiarnos con sus lastimeros comentarios ¿ No sería más práctico poner una reclamación escrita ante el Organismo correspondiente, acudir a instancias superiores, e incluso escribir al Defensor del Pueblo ?. Todo lo que queda reflejado por escrito, con educación pero con firmeza, es un paso mas para la mejora de la Administración pública, sea del nivel que sea. Y las palabras, cargadas de razón pero también de enojo, se las lleva el viento .