lunes, 29 de octubre de 2012

Hombres-Anuncio

                Hace pocos años se produjo un acalorado debate mediático en Madrid sobre la conveniencia  o no de permitir el  tránsito por las calles del centro de los “hombres-anuncio”. Estas personas, que cargan con dos cartelones publicitarios sobre el pecho y la espalda cubriéndoles casi todo el cuerpo  anuncian, entre otras,  las muy populares  tiendas de compra de oro. La polémica partía del Ayuntamiento de Madrid, cuyo anterior Alcalde quería prohibir dicho oficio, basándose en razones de dignidad del trabajador y razones estéticas  de decoro de la urbe.
                La polémica duró varias semanas, ya que la mayor parte de los medios de comunicación defendían los puestos de trabajo y el Excelentísimo se basaba en la nueva Ordenanza de Publicidad Exterior  (redactada en 2008) , para eliminar a esas personas y aligerar en la zona centro la saturación publicitaria, sobre todo con  los grandes carteles que afean  las fachadas. Desconozco si dicha Ordenanza (que entró en vigor en enero de 2009) se ha aplicado rigurosamente, porque seguimos viendo a dichas personas por Sol  y alrededores.
                Saco a relucir este dato anecdótico de la reciente historia de la Villa porque día tras día aumentan por las calles el número de mujeres  y  hombres-anuncio.  Ya no anuncian las tiendas en Gran Vía donde comprar los clásicos vaqueros americanos de importación, ni dónde empeñar  las joyas de la abuela para salir de un apuro.  Ahora son las poderosas marcas multinacionales de moda casual y deportiva las que utilizan a los inocentes consumidores para ejercer gratuitamente ese oficio.
                 Existe una relación proporcional entre el tamaño del logo de la marca que exhiben estas personas y el dinero que han pagado por la prenda en cuestión.  Lucen con orgullo la ropa de ultimísima moda,  presumen de poderío económico por el pastón que han pagado y, en el fondo,  están trabajando gratuitamente publicitando la marca por las calles.  Cada cual es muy libre con su ropa y su forma de vestir, pero por lo menos tendrían que pensar en pedir una compensación a las grandes marcas  ¿ O no ?.      

jueves, 23 de agosto de 2012

Agosto en Madrid

         En los últimos años he tenido la suerte de poder coger las vacaciones veraniegas en el mes de julio,  reservando agosto para trabajar muy relajadamente en la ciudad, y cada año estoy más contento de mi elección.
         ¡¡ Qué calor hace en Madrid ¡! Lógico, estando en plena canícula lo raro sería que un manto de nieve cubriese la Villa, aunque con el cambio climático  nada es imposible. El calor se puede sofocar a base de bebidas frías, de aire acondicionado, pero sobre todo acudiendo a la piscina.  ¡¡ No tengo piscina ¡!  En mi bloque, mis vecinos son más agarrados que un chotis y tenemos un amplio terreno comunitario lleno de hierbajos y gatos silvestres… No importa, buscas a algún amiguete que quede todavía en la capital y que tenga piscina vecinal, te puedes ir a alguna pública o, como último recurso,  acudes a los chorros de agua micronizada de las charcas con aspiraciones playeras del Madrid Rio.   
         Como decía Joaquín Sabina en su canción “Como te digo una co, te digo la o”: ¡¡ joder con la crisis ¡!  ¿ Dónde está la crisis ? Si la situación económica está tan mal,  ¿ Por qué Madrid está medio vacío en agosto, la circulación es bastante fluida, se aparca sin problemas a partir de las tres de la tarde y, aparentemente, sólo los “guiris” pasean por las calles ?  Lo he comentado con otras personas: este año ha habido un retorno forzoso a los pueblos de nuestros abuelos, a los apartamentos playeros de nuestros familiares, a los campings que íbamos cuando éramos jóvenes… pero, en  Madrid, soportando los ardores asfálticos, no se ha querido quedar ni el tato.
         Madrid es una gozada en agosto, tiene una luz especial y paseando por sus calles se respira sosiego y tranquilidad. El Excelentísimo aprovecha las penúltimas migajas del exiguo presupuesto municipal para hacer algunas obrillas en las calles, más que nada por guardar las apariencias. Los vecinos aprovechan también para hacer reformas en sus viviendas, ya que se ha esfumado para muchos la posibilidad de cambiarse de piso por la situación económica y, hay que seguir viviendo en las mejores condiciones posibles. Pero a pesar de los trinos a primera hora de la mañana del martillo neumático o del compresor de gotelé, Madrid es mucho Madrid en agosto.

jueves, 31 de mayo de 2012

In Memoriam - Mariano García Alajarín

El pasado  14 de mayo nos dejó a los 73 años,  tras una larga enfermedad que llevó con gran entereza,  mi tío político Mariano García Alajarín. Esta destacada figura de la hotelería madrileña de las últimas décadas, fue todo un profesional “hecho a sí mismo”. Comenzó su trayectoria laboral con tan sólo 14 años, trabajando  como botones del desaparecido hotel Plaza,  situado en la plaza de España de Madrid.
                Como nos relataba su madre, la inolvidable abuela Josefina, Mariano terminaba su jornada  y se subía a la sala de fiestas que había en la azotea del Hotel Plaza a seguir trabajando. Cuando llegaba de madrugada a la casa familiar, despertaba a Josefina y le extendía sobre la cama todas las monedas que había ganado con las propinas recibidas.
Mariano, persona de carácter firme y resolutivo, trabajó en diversos hoteles de la capital, contribuyendo a formar equipos humanos altamente profesionales y participando en la renovación integral de los establecimientos, con el fin de ofrecer a los clientes servicios de la más alta calidad.
Después de dirigir los hoteles Colón, Agumar y Claridge de Madrid, tuvo una breve incursión como socio amistoso en una Agencia de Viajes.  Más tarde, en los años 80, Mariano entró a trabajar en la Corporación Hispano Hotelera (CHH). Con esta Compañía, en la que prestó sus servicios hasta su jubilación, mantuvo una vinculación por encima de lo  profesional,  alcanzando una relación afectiva entrañable con toda la familia Salazar.  Se implicó de forma muy activa en la remodelación y redecoración de los hoteles Osuna,  Maria Elena Palace y Gran Hotel Velázquez, llegando a ser Director General de la Corporación y Director General de Obras.
Con estas líneas quiero homenajear a Mariano, y enviar a su mujer Esperanza  mi más entrañable recuerdo y admiración. 

jueves, 29 de marzo de 2012

Madrid 2020

            Hace pocas semanas se hizo oficial el ganador del concurso que diseñó el logotipo oficial de “Madrid 2020”, ciudad aspirante  a los Juegos Olímpicos de ese año.  Dicho logotipo, cuya grafia inicial fue ideada por Luis Peiret, fue elegido entre candidaturas presentadas por diversas escuelas de Diseño de España. El jurado o “comité de expertos”  designado al efecto, se permitió la licencia de retocarlo antes del fallo, tanto en los colores como en la forma. El logotipo presentado a los medios de comunicación ha sido polémico, no sólo por el procedimiento empleado, sino por la pobreza del resultado final.
            El Ayuntamiento de Madrid se ha defendido de las críticas argumentando que en las bases del Concurso se especificaba que el organismo municipal, que organiza la Candidatura Olímpica, tendría vía libre para modificarlo si lo estimase oportuno para adecuarlo a las exigencias del Comité Olímpico Internacional.
            Para los que ya no recuerden dicho logotipo y no quieran rebuscar por internet, el diseño original que presentó a concurso este estudiante de Diseño llevaba un fondo de cinco tarjetas de colores (amarillo, naranja, azul, verde y negro) colocadas en forma de abanico y sobre ella un M20.  Debajo de ello aparecía escrita la leyenda “Madrid 2020, ciudad aspirante”.
            Pues bien, la agencia de publicidad Tapsa,  ha hecho un flaco favor rediseñando el logo hasta dejarlo en una irreconocible “alusión” a la Puerta de Alcalá , con cinco arcos de medio  punto coloreados en rojo, amarillo, azul, verde y morado, sobre los que se diluyen en color blanco un irreconocible M20 cercenado, que casi se puede leer como un 20020…
            Lo más sangrante para mí ha sido ver que este nuevo logotipo incide en el analfabetismo imperante por parte de los gurús del Diseño, escribiendo la palabra Madrid en una mediocre grafía en letra minúscula, cuando cualquier persona mínimamente letrada sabe que Madrid es un nombre propio. El colmo del paletismo ha sido poner también una tilde sobre la “i” de Madrid, resaltando que somos más chulos que nadie pronunciando la palabra.
He esperado que pasase la avalancha de comentarios críticos sobre el tema para volver a analizar el logo, pero sigo insistiendo en que la alusión a la Puerta de Alcalá es errónea, ya que la misma consta de 3 arcos de medio punto centrales y dos puertas adinteladas en cada extremo. Por más que lo miro, me sigue pareciendo una y otra vez a un anuncio de chanclas de playa de colores…

jueves, 23 de febrero de 2012

Reciclar... ¿ Para qué ?

         El pasado lunes 20 de febrero, el programa de Telemadrid “Madrileños por el Mundo” relataba la vida de varias personas que residen en la gélida zona del norte de Canadá.  Una simpática madrileña nos mostraba su vivienda, en la que dispone de amplios cubos para separar los residuos. Después, la cámara le acompañaba hasta un Centro de reciclaje, dónde entregaba los envases y le daban a cambio una gratificación de 11 dólares.
         Desconozco la normativa y la política de reciclaje en dicho país, pero me parece muy buena idea la de incentivar a los ciudadanos económicamente, ya que las empresas que reciclan están obteniendo un claro beneficio. 
         Desde hace años nos vienen bombardeando desde las administraciones central, autonómica y local para que los sufridos ciudadanos separemos y reciclemos nuestras basuras.  Rara es la calle madrileña en la que no existe un contenedor (el popular “iglú”) de formas redondeadas o cúbicas, de colores chillones o oscuros. Los contenedores tapizan los paisajes de las ciudades españolas, pero los vecinos seguimos desconociendo el destino de nuestras miserias físicas, que arrojamos día tras día fuera de nuestras moradas.    
         En este caso falla claramente la comunicación veraz, de persona a persona. Nadie sabe o nadie quiere explicarnos los beneficios para nuestra comunidad del acto del reciclaje y, claramente, hay quién se está beneficiando de este hecho. Bajo la trillada monserga del cambio climático, muchos se están forrando con las materias primas obtenidas y que después revenden a otras empresas con sustanciosos beneficios.
         Conozco varias personas de mi entorno que son “objetores de  basura”: arrojan todos sus desechos a un único cubo como forma de protesta ante la Tasa de Basuras, que se inventó el Excelentísimo Ayuntamiento hace pocos años. Esta nefasta tasa no ha servido para aumentar la limpieza de las calles madrileñas, ni de mejorar el servicio de recogida y tratamiento de residuos, sino que su fin único ha sido el de recaudar dinero para ir tapando el inmenso agujero negro económico en el que nos han metido a los madrileños.   

miércoles, 1 de febrero de 2012

La gran mentira de las multas

           
            En mayo de 2009, al ir a coger el coche de vuelta de la exuberante rosaleda del Parque del Oeste, encontró sobre su parabrisas una multa por estacionamiento indebido. Efectivamente, había dejado el coche mal aparcado y, como aparecía escrito en dicho ticket de color amarillo que todavía conserva, ahora debería esperar a recibir por correo el comunicado burocrático con el importe a pagar por dicha infracción.
            Dicha multa nunca llegó a su domicilio. Según supo mucho tiempo más tarde, la multa que puso el Policía Municipal  tenía un importe de 84 euros. Tal vez esta cantidad hubiera sido menor si hubiera tenido oportunidad de pagarla en periodo voluntario. Pero nunca supo el motivo por el que el funcionario correspondiente no le envió, ni tan siquiera por correo certificado, el ansiado sobre con el logotipo oficial del oso y el madroño…
            Esta reflexión se la ha hecho a sí mismo porque sabe que el Ayuntamiento tiene todos sus datos fiscales y domiciliarios correctamente actualizados. Todos los años recibe religiosamente por correo ordinario los avisos de cobro de los impuestos de Vehículos, Bienes Inmuebles y Basuras, que obligatoriamente tiene que pagar aunque, al igual que muchos ciudadanos, no esté de acuerdo cómo gestiona el Consistorio las plazas de aparcamiento, la subida imparable del valor catastral de los pisos,  o la limpieza y gestión de basuras en la ciudad.
            Casi tres años más tarde, en enero de 2012, recibe una carta de su banco en el que le informa que el Excelentísimo ha embargado en su cuenta una cantidad de 118,61 €, exactamente un  41,20 % más del importe inicial de la multa. Es muy tarde para recurrirla, ya que ha generado intereses de demora por no haberla abonado en su día, y sabe que tiene todas las de perder ante la kafkiana administración que gobierna su ciudad, para la que un ciudadano es simplemente un súbdito que debe pagar sus impuestos sin rechistar.
            Ya que no puede vencer al enemigo, y saldar ahora mismo la deuda con el importe inicial de la multa, ha decidido no cruzarse de brazos ni bajarse los pantalones. Está moviendo todas las fichas posibles: Recurso Potestativo de reposición contra la vía ejecutiva puesto en el Registro Municipal, Recurso privado con su compañía de Seguros,  cartas-protesta a los principales diarios, Reclamación escrita en la web oficial del Ayuntamiento y Escrito en la oficina del Defensor del Pueblo.
            No sabe lo que conseguirá finalmente, pero sintiéndose un pequeño David, va a pisar un poco los juanetes del Goliath de turno. Sólo pide que se haga justicia.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Vamos como las ovejas

         Madrid es algo más que prisas, ruidos, contaminación… es una ciudad.  Madrid es arquitectura viva, es testimonio de todas las épocas que ha vivido, de todas y de cada una de las personas que han poblado la Villa, que han ido creando su perfil, que han edificado su personalidad.
         ¿ Y qué hacemos con ese riquísimo patrimonio arquitectónico ? Pues ignorarlo.  Los madrileños somos una versión cateta de la ciudad de los muertos vivientes, los “zombies”. Caminamos por cualquier sitio, deambulamos por muchas calles, la recorremos de punta a punta en nuestras peregrinaciones diarias,  pero parece que llevamos una tapa visual en nuestros ojos, como los pollinos que usan en la agricultura.
         Vamos por Madrid con la mirada fija, perdida en el horizonte infinito de nuestras preocupaciones personales, por lo que no nos fijamos en los detalles que nos brinda la ciudad. ¿ Quién es el raro o rara que mira hacia arriba ? ¿ Quién levanta sus ojos para admirar las creativas arquitecturas, los eclécticos edificios, los simétricos balcones y ventanas, los chapiteles y remates escultóricos que coronan algunos tejados, los imaginativos juegos visuales de ladrillo, piedra y cemento…?  
         Madrid nos regala clases de historia en sus edificios: nos brinda inmuebles extraordinarios que ornan sus calles, nos sorprende con algún capricho excéntrico, nos fascina por sus simetrías y asimetrías, nos agota con sus bufonadas pretenciosas, nos ofusca con delirios megalómanos, incluso nos aterra al ver las puñaladas de la especulación inmobiliaria pero, en definitiva, no deja indiferente a aquel que la mira con deseo y curiosidad.

         Y eso es lo que deseo, que miréis más Madrid.